Las protestas en La Vuelta y otros gestos políticos en el deporte
Las protestas en La Vuelta ciclista a España a favor de Palestina son un ejemplo más en el que el deporte de masas y la política se cruzan. En muchos casos, para concienciar a la sociedad.
Separar política y deporte, ¿es posible? Es la pregunta que surge cada vez que se produce una manifestación política en un evento deportivo. Las recientes protestas en La Vuelta Ciclista a España en contra de la participación de un equipo de Israel han vuelto a abrir el debate. Pero, ¿es realmente posible esa separación?
En España, los vasos comunicantes entre el fútbol y la política siempre han estado presentes, como la pitada al himno español en la Final de la Copa del Rey. Sin embargo, existen muchos ejemplos nacionales e internacionales en los que la protesta política ha saltado a la primera plana informativa. Repasamos algunas de las protestas más famosas.
Protestas en la Vuelta a España 2025: una carrera sin podio final
Durante tres semanas, las protestas en La Vuelta Ciclista a España han ido in crescendo. Todo comenzó con un pequeño grupo de activistas pro Palestina cortando un tramo durante unos minutos en Figueres, en la etapa 5. El día final, las protestas en La Vuelta reunieron a 100.000 personas en Madrid.
Tanto fue así que la organización decidió acabar la carrera a 50 kilómetros de la meta en la última etapa en la capital de España. Los manifestantes en favor de la causa palestina cortaron el recorrido e impidieron un desenlace con el podio final.
Jonas Vingegaard fue el ganador de La Vuelta a España 2025 y “disfrutó” de una inédita e íntima ceremonia de entrega de medallas en el hotel. Su primera ronda española tras ser segundo en el Tour 2025 y que a buen seguro no olvidará nunca.
La Vuelta a España, un instrumento político
Muchas personalidades del periodismo, el deporte y la política han aplaudido la manifestación pacífica de la gente en las etapas de la Vuelta a España. Otros tantos se han mostrado en contra, denunciando que no se debe mezclar política y deporte. La polarización, de nuevo servida.
Pero si algo ha quedado claro en estas tres semanas es que la protesta de Palestina en La Vuelta ha servido para visibilizar un malestar. Una parte importante de la sociedad española ha denunciado lo que sucede en Gaza, quitándole importancia al evento deportivo, mientras que otra no quiere que se use La Vuelta como instrumento político.
Fútbol y política: mucho más que un enfrentamiento deportivo
El mayor deporte del mundo no podía estar separado de la política. Tanto por parte del poder como de la gente corriente, el fútbol ha servido históricamente para reivindicar mensajes políticos. El deporte con más seguimiento se ha convertido en el mayor altavoz de las protestas políticas.
Son muy conocidos los episodios sombríos en el fútbol. Dictadores en España, Alemania, Italia y Argentina, entre otros, han usado el deporte rey para blanquear y normalizar sus regímenes oscuros ante el mundo. Pero también existen episodios de avance social.
La ikurriña y la senyera, las banderas nacionales de Euskadi y Catalunya, respectivamente, ondeaban en los estadios de Bilbao y Barcelona antes de ser oficiales. Era un gesto de protesta política pero también de normalización y apertura democrática en la Transición española.
Más recientemente, aficionados catalanes y vascos han protagonizado nuevas protestas en las que el deporte y la política se han juntado. Sucedió con las sonoras y sonadas pitadas al himno español en las finales de la Copa del Rey de los años 2008, 2012 y 2015, las cuales enfrentaron al FC Barcelona y al Athletic Club de Bilbao.
Otro episodio de protesta y show publicitario fueron las intervenciones de Jimmy Jump, famoso por saltar al césped en partidos de Eurocopa, Liga o Roland Garros. ¿Volveremos a verlo en este nuevo formato de la Champions? Su reivindicación a favor de la independencia de Catalunya llegó de ese modo a millones de espectadores en todo el mundo.
La FIFA, en el punto de mira de las protestas políticas
Son pocos los que en hoy se sorprenden cuando el fútbol abraza el negocio y olvida el resto. A este respecto, la elección de Catar como sede de la Copa del Mundo 2022 provocó muchas protestas políticas en todo el mundo.
Los manifestantes señalaban que en Catar no hay libertad para el colectivo LGTBIQ y que durante la construcción de los estadios los trabajadores, en su mayoría extranjeros, carecían de un mínimo de derechos laborales. La protesta llegó hasta los futbolistas.
La selección alemana quiso lucir un brazalete con la bandera arcoiris en su primer partido del Mundial para reivindicar la diversidad sexual. La FIFA se lo prohibió. Los jugadores, como protesta, se taparon la boca en la foto de grupo. Una imagen que dio la vuelta al mundo y sirvió para visibilizar un problema.
El siglo XX, el siglo de la política y el deporte
A medida que el deporte se iba convirtiendo en un espectáculo de masas retransmitido por televisión, iban creciendo las manifestaciones políticas, como las protestas en La Vuelta. El siglo pasado está lleno de reivindicaciones políticas que han usado el deporte que han usado el deporte como altavoz.
Gestos y protestas en el ámbito deportivo que ayudaron a avanzar a las sociedades y sirvieron como primera piedra para consolidar los derechos humanos. Dos de los casos más conocidos son el del Mundial de rugby en Sudáfrica o el movimiento Black Power en los Juegos Olímpicos de México 1968.
Ambas manifestaciones contribuyeron a visibilizar la discriminación racial y siriviron para avanzar en la lucha antiracista. En Sudáfrica, el rugby comenzó a unir a una sociedad separada por el apartheid. El puño en alto de los atletas de USA John Carlos y Tommie Smith en Ciudad de México visibilizó la lucha por los derechos civiles en su país.